Tartamudear
Tartamudear es la dificultad para hablar con fluidez en el discurso, interrumpiéndolo o repitiendo de forma indeseada sílabas, palabras o frases. Estas interrupciones en la producción de los sonidos (generalmente ocurren cuando la palabra empieza por p, t o k) se denominan “disritmias o disfluencias”. No constituyen un problema en sí mismo, ya que la mayoría de las personas pueden producir breves disritmias de vez en cuando. Algunos niños pueden presentar disfluencias evolutivas, que a veces son confundidas con tartamudear y preocupan a los padres. El problema ocurre cuando las disritmias son muy frecuentes y dificultan la capacidad de comunicación del niño o del adulto, pudiendo producirse un bloqueo total del discurso.
La evaluación y el diagnóstico lo lleva a cabo un logopeda. El origen de la tartamudez está en la falta de coordinación de los movimientos periféricos del habla, pero no se conoce su causa. Se manifiesta normalmente entre los tres y los seis años. Cuando se inicia en la edad adulta suele estar relacionada con un acontecimiento traumático o una lesión en el sistema nervioso.
Cuándo ocurren las dificultades y qué consecuencias pueden tener
Algunas personas sólo encuentran dificultades en la comunicación en contextos específicos, por ejemplo, cuando hablan por teléfono, ante una exposición en público o si están con un grupo grande de personas. Sin embargo, para otras personas, la interferencia en su vida es mucho mayor, ya que les sucede en muchas situaciones sociales. Esto puede llevar a la persona que a sentirse preocupada por la manera en que los demás puedan reaccionar al habla con disritmias. Y a su vez, la reacción del entorno va a ser un factor clave para medir el impacto de la tartamudez en la vida diaria de la persona.
Cómo puede ayudarte un logopeda a dejar de tartamudear
En la terapia del lenguaje la logopeda evalúa el impacto que el trastorno tiene en la capacidad de comunicarse y llevar a cabo sus actividades cotidianas. Además, la logopeda se centra en trabajar comportamientos específicos que le ayuden a obtener una mejor comunicación oral. Tales como:
- Aprender técnicas de inicio suave que reduzcan el tartamudeo al hablar.
- Aprender a controlar su silencio y hacer pausas largas.
- Trabajar la respiración y la relajación para relajar la musculatura.
- Hablar con más soltura y facilidad. Desde oraciones más cortas y lentas hasta frases más largas y fluidas. Además de la extinción de muletillas.
- Comunicar de manera más eficaz (trabajando también el lenguaje no verbal).
- Retomar o incrementar actividades importantes para el niño o adulto.
En la terapia de logopedia también se trabajará con familiares de la persona que presenta el problema. Al hablar con una persona que tartamudea, lo mejor es permitirle el tiempo necesario para expresar lo que tenga que decir. Si intentamos terminar sus oraciones o sugerirle palabras, terminará por sentirse presionado y se bloqueará con mayor facilidad.
En algunos casos, el problema lleva demasiado tiempo con la persona, y sus dificultades para relacionarse se han incrementado. Puede sentir: ansiedad, frustración y vergüenza al hablar. Ha perdido la confianza en sí mismo y ha dejado de hacer muchas actividades que le motivaban. En estos casos, además de una logopeda la persona requerirá atención psicológica para un mejor pronóstico.
Si creéis que podéis tener esta dificultad o sospecháis que vuestros hijos puedan tenerla, desde Promethea, nuestro centro de psicología en Granada, os podemos ayudar. En el área infantil, nuestra logopeda infantil y psicóloga pueden ayudarte. Recordaos que en el caso de los niños, cuanto antes se empiece con la terapia del lenguaje más fácil será corregir la tartamudez y menos consecuencias tendrá a medio y largo plazo. Y en al área de adultos, nuestro equipo de psicólogos en Granada tiene amplia experiencia en terapia de logopedia y de psicología.
No dudéis en poneros en contacto con nuestro equipo, será un placer atenderos.