La paradoja del asno de Buridán
Hace un par de semanas, andando por el centro de Granada, recordamos la paradoja del asno de Buridán y me pareció un tema muy interesante sobre el que hablar. En esta paradoja un asno se encuentra frente a dos montones de heno, exactamente iguales y a la misma distancia. No es capaz de decidirse por ninguno de los dos y como consecuencia de su duda, se queda quieto, muriéndose de hambre. La paradoja consiste en que, pudiendo comer, no come porque no logra decidir qué montón es más conveniente.
¿Cuántas veces hemos estado en el lugar del asno? Nos centramos en dar vueltas y vueltas a nuestros pensamientos, a los pros y a los contras, y nos sentimos cada vez más bloqueados. Y cuantas veces estos bloqueos nos llevan a perder oportunidades.
Cómo salir del bloqueo que nos plantea el asno de Buridán
En los casos en los que tenemos que elegir entre dos opciones incompatibles tenemos que estar dispuestos a experimentar sensaciones y emociones desagradables ya que la pérdida está garantizada. Frente a esta disyuntiva, de nada sirve que nos llenemos de razones (realistas y objetivas) por las que es mejor tomar una opción frente a la otra. Estas razones impersonales no tendrán ningún poder en nuestras acciones si no hay un motivo que dirija la decisión, es decir un VALOR.
¿Qué es un valor?
Son cualidades que deseamos para nosotros. No son reglas, ni objetivos ni metas. No nos las imponemos, sino que las elegimos porque queremos, para crecer y satisfacer nuestros deseos. No pueden depender de cómo actúen los demás, sino únicamente de cómo actuemos nosotros, y tenemos que poder llevarlos a cabo desde este preciso momento.
Una vez que tenemos claros nuestros valores, hay que fijarse pequeños pasos para llevarlos a la acción, sino únicamente se quedarán en nuestros pensamientos.
¿Qué hacemos con los valores?
Para tomar una decisión tendremos que plantearnos si estas dos opciones en las que nos encontramos corresponden con valores que queremos tener en nuestra vida. Por ejemplo: Si quiero continuar con mi pareja o estar sola. ¿Qué cualidades de las que deseo para mí están en cada una de las dos opciones? ¿Qué opción me acercaría más a la persona que quiero ser hoy?
Si lo que ocurre es que las dos opciones corresponden con dos valores que sí deseo tener en mi vida, estaremos ante un problema de conflicto de valores. Por ejemplo: Quiero ser más eficaz en mi trabajo y dedicarle más tiempo y a la vez quiero mejorar la relación con mi hijo y pasar más tiempo con él. ¿Qué haremos para resolver este conflicto? Quizás estas preguntas te ayuden:
1. Describe las necesidades de cada valor ¿Cuáles serían sus peticiones “de máximos”? ¿Qué te pediría cada valor?
2. Identifica los puntos flexibles: ¿qué actuaciones acordes con ese valor estarías dispuesto a cambiar o a interrumpir, a cambio de dar más espacio al otro?
Algo que nos emociona, que nos conmueve, permite la libertad de elegir la acción asociada a ese valor. Si nos sometemos a un único modo de actuar, bloqueándonos, podemos morir de inanición.
Si os habéis podido sentir identificados con las sensaciones de bloqueo a la hora de tomar decisiones podemos ayudaros. En Promethea, nuestro centro de Psicología en Granada, os ayudaremos a despejar pensamientos y sensaciones desagradables para que podáis dirigiros en la dirección de vuestros valores. Ya sabéis que podéis optar por hacer psicoterapia en Granada o elegir la terapia psicológica online. No dudéis en preguntarnos aquí.