Salud mental y adolescencia: ¿por qué es tan importante esta etapa?
A raíz de toda la situación que estamos viviendo hemos tomado consciencia de que la salud mental es prioritaria y hay que cuidarla, especialmente en la adolescencia. Aprender a manejar nuestro mundo emocional y nuestra realidad física será imprescindible. Pero los retos de esta etapa dificultarán esta tarea. La presión por pertenecer a un grupo de amigos y querer encajar; tener mayor acceso a la tecnología y generar ideales sobre cómo deberían ser las cosas, la frustración entre lo que soy y lo que me gustaría ser; los enfrentamientos familiares en casa y los problemas en clase, y un largo etcétera. Todos estos retos afectarán al bienestar de nuestra salud mental.
Dado el gran desafío que supone la adolescencia para ellos y para vosotros, nos gustaría hablaros sobre los principales problemas psicológicos que suelen darse en la adolescencia, así como algunos signos de alarma que será importante que podáis identificar para detectar el problema y contribuir a la mejora de su salud mental.
Salud mental y adolescencia: los 5 trastornos psicológicos más frecuentes
Desde la psicología infanto juvenil nos señalan algunos trastornos habituales a tener en cuenta:
Trastornos de ansiedad
Los más asociados a la adolescencia son: ataques de pánico, fobia social, trastorno obsesivo compulsivo y trastorno de ansiedad generalizada. El denominador común de estos problemas es el miedo intenso a situaciones, sensaciones corporales o pensamientos, que se asumen como peligrosos y de los que hay que escapar. Aparecen síntomas físicos y cognitivos asociados como: rumiación y sobrecarga mental, irritabilidad, problemas para dormir, mareos y tensión muscular.
Signos de alerta
- Le vemos muy abstraído en sus pensamientos y le cuesta salir de su mente.
- Está muy pendiente de las sensaciones de su cuerpo y nos transmite el miedo a que le pase algo malo.
- Realiza conductas repetitivas que antes no hacía.
- Evita ir a sitios o hacer cosas (como quedar con gente) que antes no evitaba.
Depresión
Estado emocional de tristeza mantenido a lo largo del tiempo, bajo estado de ánimo, apatía, sensación de incapacidad y desmotivación (falta de interés por hacer cosas y bajas calificaciones en los estudios). Hay un marcado sentimiento de inutilidad y/o culpabilidad y una dificultad para tomar decisiones. Puede haber cambios en su alimentación, problemas para dormir, dificultades en la atención y en la memoria.
Signos de alerta
- Cambios bruscos en su carácter.
- Muestra tristeza e irritabilidad de forma persistente.
- No disfruta con casi nada o su disfrute ha disminuido en relación a cómo era antes.
- Deja de salir con sus amigos o de ir a clase.
Trastorno de la conducta
Los más comunes en esta etapa son: trastorno disocial y trastorno negativista desafiante. Se caracterizan por expresarse a través de una tendencia a la agresividad y a transgredir las normas constantemente. Este patrón se expresa hacia las figuras de autoridad, con la negativa a cumplir sus responsabilidades, manifestando enfados con otros niños o con los adultos. Es más frecuente en el sexo masculino.
Signos de alerta
- A menudo incurre en pataletas y discute con frecuencia con adultos
- Acusa a otros de sus errores o su mal comportamiento
- A menudo es rencoroso y vengativo
- Desafía activamente las reglas e instrucciones
Trastorno de la conducta alimentaria
Los más frecuentes: anorexia, bulimia y trastorno por atracón. Estas problemáticas emergen de una forma muy fuerte en esta etapa, ya que la importancia por la imagen y por ser aceptada por el grupo se convierten en verdaderas necesidades. Estos trastornos son más frecuentes en el sexo femenino.
Signos de alerta
- Se centra excesivamente en la comida. Se salta comidas o hace una ingesta anormal de comida.
- Pasa mucho tiempo frente al espejo y se queja de su imagen.
- Pérdida de peso o incremento en poco tiempo.
- Muestra inestabilidad emocional y tiene una autoestima baja.
Trastorno de Déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
En el contexto del TDAH, la falta de atención y la impulsividad impiden el desarrollo de habilidades académicas y de estrategias de pensamiento y razonamiento. Tienen dificultades para adaptarse a las demandas sociales y la motivación para ir a la escuela puede disminuir.
Signos de alerta
- Habla excesivamente y se muestra incapaz para esperar su turno
- Tiene dificultad para mantener la atención en juegos y en tareas escolares
- Es desorganizado y pierde cosas constantemente
- Parece que no escucha lo que se le dice, no llevando a cabo las instrucciones.
La ayuda de los padres y familiares es fundamental. Es conveniente explicitar que estáis preocupados y dispuestos a escucharle, sea lo que sea lo que os vaya a decir. Transmitirle tranquilidad en la situación y en la solución, ya que si no sabéis o podéis ayudarle, buscaréis juntos ayuda psicológica. Si no se encuentra bien emocionalmente, esto le va a estar interfiriendo en el resto de sus áreas vitales, por lo que no tendremos que someterle a toma de decisiones importantes ni presionarle a nivel de resultados académicos, ya que tendremos que estar preparados para que posiblemente sean peores.
Además, es muy importante seguir compartiendo momentos con vuestro hijo: comer juntos, pasar un momento ocioso juntos… respetando sus límites y sus necesidades.
Si crees que te podemos ayudar a ti y/o a tu hijo adolescente, ponte en contacto con nosotros y te asesoraremos . En Promethea, nuestro Centro de Psicología en Granada, nuestro equipo de psicólogas estará encantado de atenderte. Puedes elegir terapia online o presencial, según se ajuste a tus necesidades.
Artículo escrito por
Rocío Pérez
Psicóloga de adultos e infanto-juvenil y
co-directora en Centro de Psicología Promethea