Cómo está nuestro mundo interior
Si nos parásemos a observar qué pensamientos han aparecido en nuestra mente la última semana, ¿qué me diríais?; Quizás puedan ser pensamientos de este tipo: “necesito que la vacuna llegue ya”, “qué tristeza en Navidad sin mi familia”, o “no lo soporto más”. ¿Os suenan?
Y si hacemos la misma búsqueda con nuestras emociones. ¿Cuáles han estado más presentes estos días? tristeza, ansiedad, miedo, desesperanza, frustración, estrés.. La lista podría ser más larga.
Bien, ¿qué hacemos con estas emociones? ¿podemos evitarlas? La tristeza por no vivir una Navidad como hasta ahora la habíamos vivido o el dolor por haber perdido a alguien importante van a estar presentes. No podemos escapar de ellos. No hay forma de evitarlas. Estarán ahí. Y, una vez aceptadas, pasarán a su debido tiempo. Cuantos más intentos hagamos para que esas emociones desagradables desaparezcan (sepultarnos en el trabajo, beber en exceso, pasar más tiempo en la cama, evitar relacionarnos, etc.) más se fortalecerán. Y esto hará que sintamos una mayor inestabilidad emocional. Es como si intentásemos utilizar estrategias de control en situaciones en las que no pueden funcionar.
Si no puedo controlar mi tristeza en Navidad, ¿Qué hago?
Me gustaría que pudieseis tener en cuenta dos partes distintas de nosotros mismos: “el yo pensante” y “el yo observador”. El yo pensante es la parte de nosotros que piensa, juzga, compara, crea, recuerda, etc. El yo observante no piensa. Es esa parte de nosotros encargada de la concentración, atención y la consciencia. Ambas forman parte de nosotros, y por lo tanto son importantes. El objetivo será saber cuándo será útil utilizar cada una de ellas.
Si tenemos que solucionar un problema o recordar una anécdota, el “yo pensante” nos será muy útil. Pero cuando nuestro “yo pensante” nos recuerde todas las cosas malas que nos han sucedido y nos advierta de las que nos sucederán en el futuro, no nos será muy útil.
Os propongo que si eso ocurre, intentemos colocar esos pensamientos y sensaciones como si se estuviesen narrando desde un programa de televisión. Os pediría que le pongáis un nombre a ese programa, “El Show de…”. ¿Alguna vez habéis tenido la televisión encendida, pero estabais tan concentrados en vuestra tarea que en realidad no la escuchabais? Podemos tratar a esos pensamientos o sensaciones que aparezcan como ruido de fondo, podemos dejarlos ir y venir sin fijarnos en ellos continuamente. De esta manera, estaremos activando el modo de “yo observador”.
Quiero dejar claro que no consiste en ignorar lo que sentimos, sino en reconocer nuestras emociones, y hacer un espacio a la tristeza y a cualquier emoción que le acompañe. Permitirnos entrar en contacto con ellas y sentirlas. Podemos compartirlas, buscar apoyo en personas de confianza. Y una vez que las hemos observado, sin quedarnos aferradas a ellas, ¿qué queremos hacer? ¿cuál era nuestro objetivo para el día de hoy? Y si no te lo habías planteado, pregúntate: ¿cómo puedes ser la mejor versión de ti mismo?
Sabemos que en muchas ocasiones hacer todo esto no es nada fácil y principalmente requiere de práctica. Si creéis que podéis necesitar ayuda psicológica o queréis ayudar a una persona que tenga depresión o cualquier problemática no dudéis en poneros en contacto con nosotras. Desde Promethea, nuestro centro de Psicología en Granada, estaremos encantadas de ayudaros. Podéis iniciar la terapia de forma presencial u optar por la terapia online, la forma que mejor se ajuste a vuestras necesidades.